Intro

Con este post comienzo una serie de entradas donde escribiré sobre las series de manga, manhua, manhwa, webtoons y similares que he leído o estoy leyendo, que he ido encontrando por aquí y por allá y que considero hasta cierto punto interesantes. No pretendo hacer reviews extensivas ni dármelas de crítico. Simplemente quiero compartir con los demás algunas de las historias que he leído y nada más. Tampoco pretendo ponerme a escribir de series ultra conocidas o laureadas, o sobre las que se ha escrito mucho ya. Mi interés se inclina más hacia aquellas series de menor difusión o relativamente desconocidas que se pueden encontrar en diferentes catálogos. Y debido a que yo lo mismo leo un shounen totalmente sangriento que un shoujo hiper meloso, no todo de lo que escriba será interesante para todos, pero meh, para algo existe la libertad de expresión 🤷🏻‍♂️. Finalmente, no creo que escriba sobre anime. La principal razón es que mi consumo de éste se ha reducido muchísimo en los últimos años, y si acaso llego a seguir una o dos series cada temporada. Si bien varias publicaciones de las que mencionaré tienen versión animada (lo cual indicaré pertinentemente), mi enfoque estará centrado en la versión escrita, simplemente porque me gusta más.

Y para comenzar con estos posts he escogido una serie no tan desconocida, pero tampoco popular, por la cual siento gran apego y empatía. Con ustedes, Watashi ga Motenai no wa dō Kangaetemo Omaera ga Warui! (私がモテないのはどう考えてもお前らが悪い!), o lo que es lo mismo, “¡No importa cómo lo vea, es culpa de ustedes que yo no sea popular!”, o WataMote, como le decimos de cariño.

Sinopsis

Tomoko Kuroki es una chica súper popular que tiene más de 50 años de experiencia en relaciones con el sexo opuesto… o al menos eso es así si se cuenta su experiencia en juegos de citas. Debido a eso, está completamente segura que en cuanto comience la preparatoria será una de las más populares de toda la escuela. Digo, al fin y al cabo es una mona china preparatoriana de baja estatura y ojos verdes. Es obvio que traerá babeando a cantidades ingentes de hombres. Sin embargo, pasan meses y la cosa no va como Tomoko lo esperaba. Nadie le habla, nadie se fija en ella y nadie le ha pedido que sea su novia. Extraño. Esta debería de ser su época más feliz. Después de analizarlo someramente, llega a la conclusión lógica: no es su culpa no ser popular, sino la de la sociedad y sus compañeros de escuela. Ella tiene todo para atraer miradas (o eso cree), pero los demás lerdos son demasiado idiotas para darse cuenta. A partir de aquí comenzarán los intentos de Tomoko para atraer la atención de los demás y demostrarles que la culpa de su impopularidad no es suya, sino de ellos.

Datos de publicación

WataMote es un manga escrito y dibujado por Nico Tanigawa, un dúo de un escritor y una dibujante que han publicado otros mangas, entre los que se encuentran Write Sisters y Number Girl. El manga comenzó su publicación en agosto del 2011, y aún sigue editándose, por lo que tiene más de 10 años a sus espaldas. Tiene una versión animada (que pasó sin pena ni gloria) de 12 capítulos cuya transmisión ocurrió entre el 8 de julio y el 23 de septiembre del 2013, además de un OVA que salió en octubre del 2014.

Tomoko, la mona china mujicana

De Tomoko pueden decirse muchas cosas, pero tal vez la principal es que no representa para nada a la típica mona china “moe”, aquella que es adorable por donde quiera que la veas y que es el sueño húmedo de muchos otacos e incels. Tomoko es malhablada, vengativa, vitriólica, envidiosa, egoísta, altanera, presumida, floja, fetichista, inepta socialmente (pero no en forma agradable), depresiva, castrosa y sobre todo pervertida como si no hubiera un mañana. Le gusta mirar hentai, espiar debajo de faldas, manosear amigas y se la vive pensando en (y diciendo) cosas libidinosas. Y además tampoco es que físicamente sea muy atractiva: es delgada, baja de estatura, con el cabello muchas veces desaliñado, no usa maquillaje (ni siquiera sabe usar perfume), no es voluptuosa y tiene unas sombras enormes bajo los ojos, consecuencia de muchísimos desvelos viendo (y jugando) cosas pervertidas.

Sobre todo, Tomoko no puede aceptar que mucho de lo que le ocurre es netamente su culpa. Para ella son todos los demás los que están mal y son unos perdedores e ineptos por no darse cuenta de cuán “valiosa” es ella y lo genial que es. Y todas las demás mujeres, si son más populares o simplemente tienen más amigos, es porque son unas golfas y zorras que usan sus coqueteos y físico para atraer a los demás. Tomoko es, esencialmente, la versión en negativo de los personajes “moe” estereotípicos del animanga.

Visto así, es posible concluir que Tomoko es una basura de personaje y no vale la pena perder el tiempo leyendo o viendo su historia. Y en cierta manera esto es correcto. En la vida real creo que pocos aguantarían tener a alguien como ella cerca, y menos como amiga. Sin embargo, conforme avanza la historia nos damos cuenta de que Tomoko no es sólo una bola de negatividad y mala actitud, y que aún con esas características le es posible encontrar personas que la aprecian y estiman.

Estatus

El manga de WataMote se sigue publicando y lleva ya más de 200 capítulos que salen más o menos cada dos semanas, si bien recientemente el ritmo de publicación bajó debido a que la artista anda algo mal de salud. Aparte de eso hay un spin-off que cuenta algo de la vida de secundaria de Tomoko y compañía llamado Watashi no Tomodachi ga Motenai no wa Dō Kangaetemo Omaera ga Warui! (No importa cómo lo vea, es culpa de ustedes que mi amiga no sea popular) que se recopiló en 28 capítulos. Han habido también una antología del manga, un par de antologías en forma de novela y varios goodies como pins y almohadas.

Como mencioné anteriormente, del anime hay 12 episodios y un OVA. Los fans han (hemos) pasado 10 años solicitando una segunda temporada, pero es prácticamente imposible que ocurra debido a que en Japón el anime sencillamente fue un fracaso enorme.

Conclusiones

WataMote no es una obra para todo mundo, eso es seguro. No sólo Tomoko puede ser insufrible en muchos momentos, sino que su personificación de los problemas de ansiedad social y timidez que sufren muchas personas puede ser dolorosamente acertada. Probablemente por ese motivo no triunfó en su país de origen, donde hay una gran incidencia de este tipo de problemas (no olvidemos el fenómeno hikkikomori, por ejemplo). Tomoko retrata, aún con sus ocasionales exageraciones, buena parte de la realidad de las personas introvertidas y socialmente ansiosas de manera realista, sin adornos o eufemismos, aunque ésta pueda ser cruel y horrible. Y esto es precisamente lo que separa a WataMote de muchas otras obras que le siguieron y que tratan de usar la misma premisa (chica tímida que quiere hacer amigos): Tomoko no tiene la belleza ni el aura misteriosa de Komi Shoko, ni tiene la ternura y “adorabilidad” de Hitori Bocchi, ni mucho menos tiene el talento musical y el atractivo oculto de Hitori Goto. Tomoko sólo es ella misma: una adolescente completamente promedio, con un físico no tan atractivo y sin un sólo talento escondido. Y aún así tiene algunos puntos positivos que se vuelven su fortaleza. El primero es su perseverancia. Verán, a pesar de todo lo que le ocurre, a pesar de la rutina cotidiana de ir a la escuela y no tener un solo amigo, a pesar de todos los sucesos negativos a los que se ha enfrentado, ella nunca se ha dado por vencida en cuestión de llevar una vida escolar por lo menos normal ni ha sucumbido a la amenaza de volverse una hikkikomori, ni mucho menos ha llegado a tener tendencias suicidas. A pesar de toda la envidia y hasta aparente odio que llega a destilar en contra de los “normies”, Tomoko nunca ha dejado de tratar de mejorarse a sí misma y de madurar, aunque al principio los resultados no fueran los mejores. Eso le valió el poder crear y ampliar su círculo social posteriormente. El segundo es su introspección. Por sí misma llega a la conclusión de que estar sola no es tan malo e incluso, cuando consigue un grupo de amigos, llega a apreciar los momentos donde puede estar por su cuenta. Sin embargo, también aprecia el tener un círculo de amistades que, a pesar de todas sus manías y actitudes, la aceptan como es (aunque también la reprenden cuando hace algo que no debe) y están a su lado.

Debido a los desarrollos que se dan a partir de un suceso específico en la historia, gracias a los cuales Tomoko logra hacer varias amistades, se ha dicho que para muchos de los fans WataMote ha perdido su atractivo y su razón de ser. Que sin los momentos de ansiedad, depresión y desesperación de Tomoko la historia ya no es lo que debería ser. Sin embargo, considero que dichas opiniones olvidan por completo un punto muy importante en casi cualquier historia que se precie: el desarrollo de personajes. Una historia en donde la protagonista al final es exactamente la misma que al principio habla de la incapacidad del autor por desarrollarla. Una persona, aún siendo ficticia, no es la misma tras tres años de escuela (la historia comienza con Tomoko al inicio de la preparatoria y ahorita está en su tercer año), ni físicamente ni mentalmente, aunque el cambio sea mínimo. Por lo mismo, es imposible querer que un manga que comenzó con la mentalidad de su personaje principal en un estado siga en ese mismo estado tras esos tres años, y mucho menos siendo una adolescente. Personalmente, considero que hay que ver a WataMote como algo más que simplemente un manga de comedia. Las cuestiones que aborda ocurren realmente y van más allá de la visión con lentes rosados que otras obras antes citadas quieren hacernos ver, aunque sin caer en la depresión y negatividad total. WataMote es una historia de transición a la adultez (coming of age) con tintes cómicos, pero que no olvida el trasfondo de realidad en que está basada.

Calificación (totalmente sesgada)

5.0/5.0